jueves, 9 de agosto de 2012

Causalidad, una escalera de 4 niveles

Durante mis años dedicados a dirigir equipos de trabajo, lidié con un extraño fenómeno que en aquellos días no lograba comprender del todo, me refiero a que con mucha frecuencia era testigo de como algunos de mis subordinados realmente dedicaban horas y horas al trabajo duro y sus resultados en muchas de las veces no parecían estar a la altura del esfuerzo que ellos desdoblaban durante su jornada de trabajo, paradójicamente, era casi de rigor encontrar casos de subordinados en los que, por el contrario, lograban cumplimientos en sus metas con un mucho menor desgaste. En esos días mi mente no podía ganarle la batalla al concepto de que "la suerte ya sea buena o mala no existe", para mí era tentador pensar que algunos de mis subordinados realmente parecían gozar de lo que tradicionalmente llamamos suerte.

Afortunadamente el tiempo empezó a colocar las piezas del rompecabezas en su lugar, y después de analizar en retrospectiva el tema y naturalmente apoyado en conceptos de autores con mucha claridad de ideas en temas de autorealización, pude moldear lo que yo he llamado la escalera de la CAUSALIDAD.


Ahora bien, en el campo de la física, el principio de causalidad en su forma original postula que todo efecto (todo evento) debe tener siempre una causa (que, en idénticas circunstancias, una causa tenga siempre un mismo efecto se conoce como "principio de uniformidad"). Se usa para la búsqueda de leyes definidas, que asignan a cada causa su correspondiente efecto. Extrapolar esto a nuestro día a día, nos incita a reconocer las variables (causas) de la ecuación cuyo efecto sea lograr nuestros objetivos si o si, parece ambicioso pero en mi experiencia, he podido confirmar que el trabajo duro, el apego a metodologías, el dominar las tareas a realizar e incluso la capacitación continua, no garantizan que los colaboradores de una organización desdoblaran su máximo potencial eficazmente para alcanzar los objetivos que se proponen logar.


En este planteamiento pretendo explicar que alcanzar un objetivo ya sea de corto, mediano o largo plazo, ya sea personal o profesional, es como emprender un asenso sobre una escalera muy especial en donde existen 4 escalones que nos proporciona el acceso a un escenario en donde se hace posible alcanzar cualquier objetivo con una magia muy particular aderezada de efectividad y rapidez.

Asumiendo que partimos de una base en donde aceptamos que el trabajo constante (PERSEVERANCIA) las competencias del individuo (CONOCIMIENTOS) y su capacitación (DESARROLLO DE HABILIDADES) son elementos básico para emprender el ascenso, a continuación describo los 4 escalones que debemos subir para abandonar el escenario de la casualidad e ingresar al de la CAUSALIDAD.

El Primer Escalón EL COMPROMISO GENUINO
Este es el primer paso y es fundamental hacerlo correctamente, dentro de este primer movimiento es imperativo entender que existe una abismal diferencia entre QUERER hacer algo a TENER que hacer ese algo, no conozco a ningún individuo que pueda tomar un compromiso genuino si la fuerza motivadora para realizar la acción proviene del exterior, solo en el momento en el que el impulso que intenciona mover al sujeto proviene de su absoluta voluntad de querer hacerlo, es cuando podemos aspirar a tener un compromiso autentico. Actuar por necesidad, miedo, amenaza, obligación o cualquier otro tipo de presión merma la capacidad de las personas y atenta contra el verdadero nivel del colaborador. debo aclarar que subir este primer escalón es abandonar el escenario de lo circunstancial para ingresar al campo de lo causal.
Desafortunadamente las organizaciones en su afán por mejorar sus indicadores de eficiencia aceptan implementar modelos de gestión en donde precisamente el móvil para hacer cumplir las metas es la presión desmedida, la intolerancia e incluso las vejaciones. Este primer escalón nos debe hacer inmunes a estas amenazas que atentan seriamente con nuestro máximo potencial.

El Segundo Escalón LA ACTITUD PREDOMINANTE
Dar este segundo paso implica responsabilizarse de reconocer que la buena actitud no solo se refleja en una mirada o una sonrisa, existe toda una ciencia detrás del tema que asegura que las implicaciones de sostener una actitud positiva llegan a extenderse incluso hasta la salud, nuestra capacidad empática crece exponencialmente y nuestra paciencia llega a convertirse en un aliado para aquellos momentos en donde mas la necesitamos, pero indudablemente es un ingrediente básico para obtener lo que deseamos, es a partir de aquí que nuestro potencial creativo se empieza a expandir. Experimentar mayormente momentos de actitud positiva y sostenerlos en el tiempo generan vibraciones que aunque invisibles son tan reales que podemos llegar a percibirlas en el día a día bajo diferentes circunstancias con las personas que nos rodean.
En este sentido, no retroceder de este escalón implica mantener afilado nuestro nivel de consciencia respecto de las implicaciones de tener prolongados períodos positiva actitud.

El Tercer Escalón EL ESCANEO EMOCIONAL
Llegar a este tercer nivel requiere comprender el principio de la que actitud es un efecto cuya causa son las emociones, por tal motivo querer asegurarnos de no retroceder al escalón anterior implica tomar acciones para evitar los altibajos en la actitud que proyectamos,  para ello, es importante entender que prestar atención a nuestro termómetro emocional nos permite tomar cartas en el asunto cuando nuestras emociones se encuentren vibrando en un nivel bajo (Emociones negativas) y ser conscientes de que permanecer allí no es aliado nuestro en el logro de metas, por tal motivo, movernos conscientemente a la zona donde viven las emociones con una mayor frecuencia vibratoria (emociones positivas) es estratégico para generar el efecto deseado, o sea, proyectar por mas tiempo el potencial creativo que antes describí.
Por increíble que parezca, vivimos en una sociedad con un alto nivel de exposición de información a través de la música, comerciales, películas, y todo tipo de material gráfico visual que emiten mensajes que subliminalmente o incluso elocuentemente, nos incitan a aceptar el sufrimiento prolongado como un estado convencional e irremediable. (viene a mi cabeza la letra de muchas canciones)
Logar movernos a discreción en la escala emocional no es fácil, sin embargo es absolutamente posible, aunque llegar al siguiente nivel de la escalera nos proporcionaría elementos alternativos para hacerlo sin el menor esfuerzo.

El Cuarto Escalón LA GESTIÓN DEL PENSAMIENTO
Ascender a este nivel de la escalera es alcanzar la maestría en la consecución de logros, y empezaría con la siguiente afirmación para reiterar algo que aunque muchos sabemos, en ocasiones olvidamos, "EL CEREBRO NO PIENSA, SOLO PROCESA LO QUE PENSAMOS". Los pensamientos se originan desde la esencia misma de nosotros como ser, así que el cerebro solamente es responsable de convertir los estímulos que percibimos en efectos emocionales, según la etiqueta que hemos aceptado como válida para dichos estímulos. es decir, a cada estímulo un efecto emocional,  como un decodificador de TV que recibe una serie de datos a través de una frecuencia que la transforma en lo que nosotros vemos como señal audio visual en nuestro TV. Lo sustantivo de este punto es que nosotros podemos llegar a reprogramar ese decodificador llamado cerebro para que estímulos que tradicionalmente hemos apreciado como negativos, en lo sucesivo los podamos decifrar con otra definición cuyo efecto emocional termine siendo el que resulte mas conveniente para garantizar una adecuada gestión de las emociones. debo agregar que afianzarse en este escalón no es simple, requeire no solo de estar conscientes de nuestro potencial, sino además de un proceso, al principio lento, pero que gradualmente empieza a dar sus primeros frutos.
Dedicaré mi siguientes entradas para profundizar sobre cada uno de estos escalones, y poder compartir de forma mas detallada como adaptarlos a nuestra vida cotidiana de manera eficaz.

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